Pedaleando su bicicleta, llega todos los días a cumplir su turno en la planta de tratamiento de agua potable.
Pese a los temores que hay en carretera, Fabricio Marín García, operario calificado de plantas de tratamiento en el Ibal, lleva 31 años en la entidad, de los cuales 19 ha llegado en bicicleta a su lugar trabajar.
Esto, no solo lo hace por ejercitar su cuerpo para mantener una salud estable, sino que aporta su granito de arena al cuidado del ambiente.
Todos los días, se levanta en la madrugada, alista su ‘caballito de acero’ y pedalea hasta la Empresa Ibaguereña de Acueducto y Alcantarillado a cumplir sus funciones.
“Llegar al Ibal, es una completa satisfacción, porque apoyo al tratamiento de agua que luego se distribuye a toda la ciudad. Recordemos que es un proceso vital que mejora la calidad de vida de nuestros usuarios”, dijo Marín García.
Agregó, que esta actividad busca servir de ejemplo para los demás operarios de la Empresa Ibaguereña, donde buscan cumplir ese compromiso ambiental.
“Con esta acción también busco dejar un legado en la empresa, en los compañeros, un mensaje de amor por este instrumento que me ayuda a movilizarse y es amigable con el ambiente, pese a las dificultades que he tenido a lo largo de este tiempo porque los conductores de otros vehículos no me ven como un usuario de la carretera”, sostuvo el funcionario del Ibal.
Finalmente destacó, que en sus tiempos libres su bicicleta también en su compañera de aventuras, por eso les hace un llamado a las personas, para que respeten a los ciclistas. “Nosotros también somos actores en la vía y merecemos ser visibilizados”.